
A primeros de febrero un argayu inutilizó parte del sendero que une San Roque con el barrio de la Cuesta y el puerto, por lo que las autoridades tuvieron que cerrarlo. Ahora el camino ya está listo y arreglado para que los paseantes puedan tener una pintoresca visión del pueblo. Eso sí parece que un o una romántica o quizás que una egocéntrica, ya que tampoco hay muchos datos, se ha dado prisa por grabar un nombre en la nueva barandilla de madera. Video crónica
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