La manifestación suponía una marcha de más de 4 kilómetros, a lo largo de la senda costera del concejo de Carreño y del paseo marítimo de Candás. Razones de la manifestación: 1.- Evitar el desmonte del Alto de Aboño y, por tanto, la total degradación y desaparición de las playas de Peñamaría y Xivares y su entorno. 2.- Reivindicar la postura del Defensor del Pueblo (autoridad imparcial donde las haya) que nos da la razón en contra de los ejecutivos Asturiano y Estatal. El Defensor no sólo critica duramente la decisión de la Secretaría General para la Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático de no requerir un Estudio de Impacto Ambiental para desmontar Aboño, sino que, incluso, apoya el no realizar tal actuación ("alternativa cero") por la proximidad de población y la gran concurrencia de personas a las playas. 3.- Respaldar al Ayuntamiento de Carreño en su decisión plenaria unánime de llevar ante el Tribunal superior de Justicia de Asturias la resolución de la Secretaria General para la Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático de no realizar Estudio de Impacto Ambiental sobre las consecuencias del pretendido desmonte de Aboño. 4.- Apoyar al Ayuntamiento de Carreño ante la "patética" carta que le remite la APG en la que solicita al consistorio la retirada ese contencioso. En ella la APG pide al Ayuntamiento que deje de ejercer los derechos que amparan a la ciudadanía (¿¡!?) como son: el absoluto acatamiento de las Directivas Europeas que exigen la realización de tal Estudio de Impacto Ambiental. En esa carta la APG prácticamente acusa a la decisión plenaria tomada por los representantes de la ciudadanía de los posibles perjuicios económicos y lo que aun es más esperpéntico: de los daños medioambientales que se derivarían de un desmonte posterior a la finalización de las obras portuarias. 5.- La única pretensión de la APG respecto a Aboño siempre ha sido el tener una cantera próxima a costa de terrenos protegidos por la Ley de Costas y el POLA. Terrenos de disfrute de toda la ciudadanía y protección ambiental de las playas. La APG no necesita más suelo portuario. Prueba de ello es que el costosísimo terreno de la explanada ganada al mar en la margen derecha de la ría de Aboño, inaugurada a finales del pasado 2006, se utilizará como terreno industrial para instalar una central térmica de ciclo combinado. Ese debe ser el terreno industrial más caro del mundo. Lo pagamos todos los ciudadanos, porque esas obras se financian con fondos Europeos, que salen del IVA, que pagamos todos. Otros terrenos del nuevo superpuerto tendrán fines similares.
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