Crónica del día
Desde la concejalía de medio ambiente y urbanismo del Ayuntamiento de Carreño se informa a los vecinos de que la ermita de San Antonio en Candás, no corre peligro de ser arrastrada por los desprendimientos que se vienen sucediendo desde primeros del mes de enero.
El 15 de enero la situación era tan grave que el ayuntamiento encargó o un estudio sobre el riesgo en que se podía encontrar la ermita de finales del siglo XVI y único ejemplo de arte renacentista que existe en Candás. En aquel entonces la distancia que separaba la esquina del templo del acantilado era de 170 centímetros.
Al final el Ayuntamiento resolvió trasladar la barandilla de madera algo más atrás y llegó a la conclusión de que la ermita no corría ningún peligro ya que según ellos “se encuentra cimentado en su totalidad sobre un sustrato de roca, a diferencia del terreno que lo rodea”.
Pues más vale que tengan razón ya que en estas 2 semanas el terreno que la rodea se ha reducido, ahora la distancia que separa la esquina del edificio del acantilado es de 110 centímetros. No se puede olvidar que este equipo de gobierno tiene experiencias muy negras en cuanto a derrumbes y edificios en ruinas. Lo dicho tendrán que confiar los ciudadanos y ciudadanas en la palabra de la concejala de urbanismo y medio ambiente y, si son religiosos, poner una vela; pero no en la ermita, por si acaso mejor, en la Iglesia de Candás
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